Preocupada por la despreocupación
Por: Jenny Alexandra Henríquez R.
Me
llama poderosamente la atención la forma en que, olímpicamente, nos hemos
sumergido, en la vorágine del descuido al escribir. Hemos violentado la
correcta escritura de todas las formas posibles. Hoy día la modernidad y la descomplicación con la que pretendemos vivir parece que nos han dado licencia
para escribir mal.
Es frecuente leer
en las redes sociales palabras mutiladas, letras cambiadas, abreviaturas
inusuales (klk, xd, sip,…) situación que se ha convertido en una bola de nieve que
preocupa.
La falta de
acentos, utilizar mayúsculas y minúsculas indistintamente, está a la orden del
día. Esta (mala) práctica, inicialmente, era propia de los jóvenes, pero ya nos
encontramos con que los no tan jóvenes también la han asumido.
Escribir
correctamente no tiene edad y aunque queramos justificar esta praxis
escudándonos en la rapidez, la confianza y la comodidad, dejamos en quien nos
lee una muy mala impresión.
Recuperemos el uso
adecuado de la escritura, evidenciemos mediante esta que nos respetamos, que
respetamos a quien nos lee y respetamos el uso correcto del idioma.
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