La era digital y la pérdida del hábito de la lectura: Explorando las razones detrás de la aversión contemporánea a leer.












Por: Jenny Henríquez

En la era digital que vivimos nos encontramos con una preocupante tendencia: la marcada disminución en el interés por la lectura, ya sea libros, artículos o contenido en línea. Cada vez menos personas muestran interés y algunos le huyen como “el diablo a la cruz”.

A medida que las pantallas y las redes sociales ocupan gran parte de nuestro tiempo, el hábito de leer parece desvanecerse. 

¿Cuáles son las razones detrás de esta aversión contemporánea hacia la lectura?

¿Cuáles motivos  han hecho perder el entusiasmo?

Tratando de buscar algunos razones  encontré las siguientes:

1. Sobrecarga de información: Vivimos en una era de sobreinformación, donde constantemente nos vemos bombardeados con contenido rápido y visualmente atractivo. La lectura requiere tiempo y concentración, algo que puede resultar difícil de mantener en un entorno saturado de distracciones.

2. Cambio en los hábitos de consumo: La forma en que consumimos información ha evolucionado. Las redes sociales, los videos cortos y los resúmenes rápidos se han vuelto más populares, lo que ha llevado a una disminución en el interés por la lectura más extensa y profunda.

3. Falta de tiempo: En una sociedad cada vez más ocupada, muchas personas sienten que no disponen del tiempo suficiente para dedicarlo a la lectura. Las demandas diarias y las responsabilidades hacen que leer pase a un segundo plano.

No obstante a que se puedan aceptar como válidos estos motivos, se torna urgente establecer rutinas que ayuden a una población apática a interesarse por el olvidado hábito de la lectura. Para empezar, sugiero lo siguiente:

1. Fomentar el gusto por la lectura desde temprana edad: Es importante inculcar el hábito de leer desde la infancia para que los niños crezcan valorando esta actividad y disfrutándola.

2. Establecer metas realistas: Leer no tiene que ser una tarea abrumadora. Leer un poco cada día puede ayudar a incorporar la lectura en la rutina diaria.

3. Establecer un horario dedicado a la lectura: Asignar un tiempo específico cada día para leer puede ayudar a crear un hábito y asegurar que se le dé prioridad a esta actividad.

4. Explorar diferentes formatos de lectura: No se limita solo a libros; hay una amplia gama de opciones como revistas, blogs, artículos en línea y audiolibros. Explorar diferentes formatos puede hacer que la lectura sea más accesible y atractiva.

5. Compartir lecturas con amigos o grupos de lectura: Organizar clubes de lectura o compartir recomendaciones con amigos puede generar motivación y un sentido de comunidad en torno a la lectura.

Aunque la falta de interés por la lectura en sentido general es una realidad en nuestra sociedad actual, es importante reconocer los beneficios que ofrece. La lectura nos permite expandir nuestros conocimientos, desarrollar habilidades cognitivas y sumergirnos en diferentes perspectivas.

Al encontrar formas de adaptar la lectura a nuestro estilo de vida y superar las barreras que nos alejan de ella, podemos redescubrir el placer y el valor que la lectura en sentido general tiene para ofrecer.

Recuerda que el que no lee tiene que creer lo que le digan.


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