Uno arriba y otro abajo.

Por: Jenny Alexandra Henríquez


La sociabilidad podría entenderse como la inclinación natural por la compañía de otros de la misma especie. Pero para que esta convivencia se dé de manera sana e inteligente, sus integrantes deben desarrollar algunas habilidades.

La sociabilidad es una tendencia natural, no obstante, es en los primeros ambientes de los niños y las niñas que se desarrollan estas habilidades para lograrla de manera inteligente.

Los padres, familiares y educadores tienen en sus manos la responsabilidad de enseñarle a niños y niñas mediante el ejemplo y mediante la modelación de conductas a relacionarse de manera adecuada. En muchas ocasiones, movidos por el temor, sobreprotegen a sus hijos aislándolos o evitando que se relaciones con las frustraciones que el proceso de crecimiento implica, en lugar de ello, les resuelven la vida a sus hijos y les hacen creer falsamente, que el mundo debe de adaptarse a ellos.

Por otro lado algunos educadores no saben mediar los conflictos naturales que surgen en la relación entre alumnos por lo que reprimen sus expresiones o sus intentos espontáneos de solucionar conflictos. Es por lo anterior, que los adultos debemos tener clara la importancia de educar a los niños y las niñas con habilidades para desarrollarse asertivamente en la sociedad.

La sociabilidad mejora nuestra capacidad de comunicación y de adaptación en los ambientes más diversos. Además, nos impulsa a buscar y cultivar las relaciones con las personas y permite unir intereses e ideas hacia un fin común. 
La sociabilidad cobra importancia al reconocer que necesito de los demás para lograr mis metas pero sin perjudicar a nadie.

La sociabilidad inteligente implica las habilidades siguientes:
  • Reconocimiento de las necesidades de los demás. Es decir, me exige aceptar que, así como yo tengo necesidades, los otros también las tienen y en ocasiones debo aplazar las mías para colaborar en la satisfacción de las necesidades de los demás, todo con la intención de lograr armonía. 
  • Tener desarrollada la tolerancia a la frustración. Ya que en las relaciones sociales la diversidad se destaca y en mas de una ocasión tendré que aceptar que las cosas no saldrán de la misma manera como yo las había planeado, debido a que no dependen solo de mí
  • Mantener una mente abierta hacia las diferencias individuales, guardando la consciencia de que mis prioridades no tienen que se las prioridades de los demás. 
  • Respetar la jerarquía de prioridades y valores de los demás, convivir con ellos, sin abandonar ni imponer mi propia jerarquía.
Otras habilidades que implica ser socialmente inteligente son:
  • Evitar juicios y comprender cada uno tiene sus propias razones para actuar de la manera que lo hace.
  • Respeto y responsabilidad. Respeto hacia la individualidad de los demás y responsabilidad sobre como mis acciones impactan la dignidad y bienestar de los otros. En ese sentido, podemos dejar claro que no es inteligente hacer cosas en detrimento de los demás, porque de alguna manera, estaremos actuando en contra de nosotros mismos.
En el ámbito laboral también puede implicar tener:
  • Confianza. Aprender a confiar en los demás resaltando sus cualidades, nos hará mas fácil el poder delegar.
  • Colaboración. Es estar dispuesto a trabajar con los demás para la obtención de un bien común.
  • Capacidad de adaptación. La adaptación exige aprender a vivir de acuerdo a las circunstancias que se nos presentan, sin olvidas siempre mirar hacia adelante para buscar mejora.
Para lograr buenas relaciones interpersonales es necesario comprender que en ocasiones la vida nos solicita mantener una posición "uno arriba" y en otra, una posición "otro abajo". Esta es una categoría de las relaciones que el Doctor Jeffrey Zeig explica sobre su trabajo terapéutico.

Te preguntarás, cómo es esto? Permíteme explicarlo: 

Hay situaciones donde para mantener equilibrio es necesario soltar el control y otorgarlo a alguien más. Por ejemplo: cuando viajas a una ciudad que no conoces y tomas un taxi, aunque tú seas un excelente conductor, confías en el taxista y dejas que sea él que decida la ruta por la cual te llevará a tu destino. Esto es ponerse "uno abajo". O, por ejemplo, tú eres médico, depositas tu confianza y te dedicas a responder todas las preguntas acerca de tu padecimiento y asumes el tratamiento que te prescribe.

En otras ocasiones, nos colocamos "uno arriba", cuando vas a una ciudad que no conoces, si regresaras a esa ciudad con un amigo que nunca ha ido y solo están los dos, es posible que te coloques "uno arriba" para sugerirle algún sitio para comer, de acuerdo a tu experiencia pasada.

Gregory Bateson llamaba a esta relación, complementaria; donde hay dos posiciones distintas, pero de igual utilidad y en donde se destaca el carácter de mutuo encaje de la relación en la que ambas conductas, disímiles, pero interrelacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. Sin embargo, hay personas que no entienden esta relación de complementariedad y siempre creen en la necesidad de estar "uno arriba", creyendo que es la única forma de guardar su seguridad, o bien se niegan a dejar la posición "uno abajo" y evitan afrontar lo que le corresponde.

Mucha gente lo confunde y cree que una posición "uno abajo" significa perder la autoestima y creen que una posición "uno arriba" les da derecho de pasar sobre la dignidad de los demás, pero como ya te habrás dado cuenta, nada tiene que ver con eso.
Solo tiene que ver con mantener relaciones de manera inteligente para guardar una sociedad en crecimiento. Con frecuencia se olvida que somos una gran red social en la que tenemos que desenvolvernos inteligente y emocionalmente.

Es claro que requerimos a los demás para vivir y alcanzar bienestar y es en comunidad que se lleva a cabo el proyecto de la realización del hombre.

Recuerda que no puedes volverte una isla. Los demás te dan referencia de los caminos que no ves al caminar. De eso se trata...




Comentarios

  1. Buen tema este, hay que tener en cuenta que no siempre se puede y debe estar en posición "uno arriba", también hay que ser humilde como el Maestro, reconociendo que en ocasiones nos toca estar en posición "uno abajo". Es bueno entender que otros son tan sabios, oportunos y útiles como nosotros.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares