Cazando Pokemones por la ventana
.
Diariamente nos levantamos y nos encontramos con
tragedias que parecieran episodios de películas de terror: “Joven mata a 19
discapacitados e hiere a decenas de personas”. “La ceremonia del horror:
arrodillan al cura y grabaron como lo degollaban. “Tres menores violan y matan
a niña de 5 años”. “Camión mata a 30 en Niza”.
La lista podría ser interminable.
Vivimos tiempos catastróficos, violentos y no obstante a esto percibo de nuestra parte cierta pasividad, indolencia y muchas veces indiferencia ante los hechos que ocurren. Sí, hemos perdido la capacidad del asombro. Las cosas no nos duelen lo suficiente. Y yo me pregunto:
¿Se necesita vivir en carne propia las tragedias que suceden a otros para que su dolor nos duela?,¿Tiene que ser nuestra madre, nuestro hijo o un familiar para que volteemos la mirada y reaccionemos al dolor ajeno?, ¿Qué somos?, ¿qué ha dejado de funcionar para que permanezcamos indiferentes ante tantos hechos de sangre, ante tantas barbaridades que ocurren frente nuestras miradas perdidas?
Debemos responder estas preguntas. Se hace necesario. Dejemos de andar cazando pokemones y atendiendo a siluetas reflejadas por la ventana y busquemos de Dios, llenémonos de su espíritu para ser generadores y multiplicadores de esperanza y paz en este mundo tan convulso que amenaza con devorarnos.
La lista podría ser interminable.
Vivimos tiempos catastróficos, violentos y no obstante a esto percibo de nuestra parte cierta pasividad, indolencia y muchas veces indiferencia ante los hechos que ocurren. Sí, hemos perdido la capacidad del asombro. Las cosas no nos duelen lo suficiente. Y yo me pregunto:
¿Se necesita vivir en carne propia las tragedias que suceden a otros para que su dolor nos duela?,¿Tiene que ser nuestra madre, nuestro hijo o un familiar para que volteemos la mirada y reaccionemos al dolor ajeno?, ¿Qué somos?, ¿qué ha dejado de funcionar para que permanezcamos indiferentes ante tantos hechos de sangre, ante tantas barbaridades que ocurren frente nuestras miradas perdidas?
Debemos responder estas preguntas. Se hace necesario. Dejemos de andar cazando pokemones y atendiendo a siluetas reflejadas por la ventana y busquemos de Dios, llenémonos de su espíritu para ser generadores y multiplicadores de esperanza y paz en este mundo tan convulso que amenaza con devorarnos.
El verdadero evangelio se enfatiza en llenar a la gente de Dios.
Comentarios
Publicar un comentario