MARCO DE REFERENCIA
Por: Jenny A. Henríquez R.
No recuerdo dónde la habré escuchado, pero sé que anoté esta frase para escribir sobre ella: “El éxito de uno se mide por el fracaso de los demás” (creo que es una variante de la dicha por el filósofo austríaco Iván Illich). Después de analizarla, me doy cuenta lo real de la misma, no por su concepto sino por su uso. Si analizas bien, ¿cuál es, usualmente, el marco de referencia para medir nuestro éxito? Generalmente lo evaluamos en base a, si iguales que nosotros, han alcanzado igual o más que nosotros. ¡Qué gran logro!
Si a todos les va mal, y a nosotros no, ¡somos exitosos!
Lo último anterior es obviamente sarcasmo, sin embargo, lamentablemente es una realidad para muchos. Vivimos comparándonos con los demás, y llegamos a sentirnos “conformes” si nuestro marco de referencia no alcanza lo que nosotros hemos alcanzado. Se leerá fuerte, pero a eso se le llama mediocridad e inconformidad. Mediocridad porque, en ocasiones y "sabichosamente", buscamos pares mediocres para “inflar” nuestro logro; inconformidad porque, al comparamos con “exitosos reales”, vemos lo que ellos alcanzaron y nos sentimos mal, no lo contextualizamos bajo lo que realmente podemos lograr.
Si tu marco de referencia para categorizarte “exitoso” o no, es haber alcanzado el tipo de carrera profesional "élite", poseer el ideal vehículo, vivienda o cuenta bancaria, ostentar determinada belleza o "diseño" físico, haber viajado a los mejores lugares, etc., entonces es probable que vivas mediocre e inconforme o incompletamente toda la vida. Por otro lado, si tu meta es alcanzar humildad, paciencia, bondad, misericordia, sabiduría, y otros dones de la misma “especie”, entonces vas por buen camino.
El primer grupo (cosas materiales) queda, es efímero y no nos llena espiritualmente; el segundo grupo nos lleva necesariamente a compararnos con personajes como Daniel, Job, Pablo, Timoteo, y el mayor de todos, Jesús, por lo que siempre tendremos un marco de referencia superior al cual alcanzar, y nos pone siempre en la posición de mejora continua; lo demás material y pasajero, nos llega aún sin afán de perseguirlo.
Te invito a reflexionar.
Compararnos a otros es simplemente una manera en las que nos herimos a nosotros mismos, haciendonos creer que somos menos que el otro, cuando en realidad, todos tenemos un gran potencial.
ResponderEliminarGracias por leer. Efectivamente, compararnos con los demás no es saludable.
EliminarExcelente artículo! Totalmente cierto. Incluso me atrevería a decir que en estos tiempos post-covid mas personas deberíamos reflexionar sobre cuál realmente es nuestra meta en la vida.
ResponderEliminarGracias por tu valoración acerca del tema y valiosa opinión.
EliminarGracias por compartirlo. Siempre he pensado que las comparaciones no son buenas, y es mejor que empleemos nuestro tiempo en superarnos a nosotros mismos.
EliminarEn esta vida somos pasajeros y no sabemos dónde es que nos pararemos con nuestra maleta llena de vivencias que solo se pueden llenar en en momento mismo, hay que vivir como si fuera el último día, cargando solo aquello que nos podamos llevar, que no tiene nada que ver con lo material.
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